¡Qué demonios es esa cosa en el cielo! Parece que vuela; vuela como lo hace una Boeing 747 que no está roto. 10.000 pies de altura, aproximadamente, y no sufre los efectos de la presión. De sólo verlo dan ganas de llorar. El porte, la velocidad, la voluntad inquebrantable de triunfar sin mirar atrás. Ha llegado el superhéroe que estábamos esperando. Nos salvamos, muchachos.
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