El vendaval de horizontes que advierten sobre la inminencia llega a nosotros como un mensaje del presente. El teléfono sigue sonando, y aunque es claro el timbre nadie se acerca a atender. Y las fábricas planean fusiones, y en coordenadas diferentes, coordinadas por intenciones comunes, también se planean fisiones. Y la realidad avanza contra la moral, que es sólo un invento de los que nacieron para mandar.
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